Matrera sucumbe al abandono y al olvido
Texto de Fernando Sígler Silvera
«Esto es indignante. Me siento desolado e impotente». El investigador Ernesto Pangusión, que ha dedicado media vida al estudio del castillo de Matrera, observa con dolor esta derruida fortaleza de la frontera medieval, situada en la sierra de Pajarete de Villamartín y desde la que se domina todo el límite de la comarca con la campiña desde sus 523 metros de altura sobre el nivel del mar. «Se han venido abajo ocho siglos de nuestra historia», se lamenta. Durante los últimos años había augurado lo que el pasado sábado se cumplió: el derrumbe de las tres plantas y las bóvedas de la torre del homenaje, la totalidad del muro norte y una parte del muro occidental. La base de la edificación cedió y sus bloques de piedra irregular y ladrillo rodaron por la pendien...