Unos cincuenta familiares de fusilados en el Marrufo se reunieron en esta finca a mediodía del sábado 14 de julio de 2012, convocados por la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de la Sauceda y el Marrufo. La reunión tuvo como finalidad informar de las actuaciones que dicha asociación está desarrollando en esta finca privada del término municipal de Jerez de la Frontera, en el límite con los de Ubrique, Jimena de la Frontera y Cortes de la Frontera, con objeto de exhumar los cuerpos de los fusilados en esta zona. El presidente de dicha entidad, Andrés Rebolledo, dio la bienvenida a los asistentes y les explicó los objetivos de esta iniciativa, que se resumen en la dignificación de la memoria de las personas fusiladas sin formación de causa en este terreno del valle de la Sauceda. Rebolledo agradeció el esfuerzo realizado por los familiares para desplazarse a este lugar y rememorar la tragedia vivida hace más de siete décadas. Asimismo mostró su agradecimiento a uno de estos familiares, Miguel Rodríguez, por su contribución para el desarrollo de este proyecto. Seguidamente, el arqueólogo Jesús Román explicó a los familiares los detalles del proceso de excavación iniciado el 2 de julio en dos fosas comunes, en los que se han hallado hasta el momento 14 cuerpos de fusilados. A continuación, una decena de descendientes de víctimas procedió a hacerse una prueba para la obtención de su ADN, para su cotejo con los que los antropólogos físicos obtengan de los cuerpos exhumados.
Andrés Rebolledo explicó también que el proyecto prevé presentar una denuncia ante la autoridad judicial por el hallazo de restos humanos con signo de violencia, con el fin de que estos fusilamientos sean considerados «crímenes de lesa humanidad». De igual modo informó de la intención de la asociación que preside de proceder al entierro digno de los cuerpos que se extraigan, tras los trabajos arqueológicos y las investigaciones científicas correspondientes, en el cementerio de la Sauceda, una vez que se efectúen trabajos de restauración de este recinto, que estuvo en uso hasta la década de los años sesenta.
Los familiares reunidos en el Marrufo el 14 de julio procedían de Jimena, Cortes, Alcalá de los Gazules, Ubrique, Algeciras, Chiclana, Vejer, San Fernando y Barcelona.
El Marrufo, contiguo a la aldea de la Sauceda, fue el último lugar de la provincia de Cádiz que se mantuvo leal al régimen constitucional de la Segunda República tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Este territorio estuvo bajo control republicano hasta principios de noviembre de 1936, en que fue ocupado por tropas sublevadas. Una vez tomado por los rebeldes, éstos instalaron en el Marrufo un destacamento militar, que se convirtió en campo de concentración, tortura y fusilamientos masivos. Se cree que en este cortijo pueden estar sepultados varios centenares de víctimas.