El viernes 13 de diciembre de 2024, a las 18 horas, se presenta en Benamahoma el libro Historia del pinsapar de la sierra del Pinar, de José Manuel Astillero Ramos y Juan Clavero Salvador. En el acto, convocado en el Centro Cultural, participa Miguel Delibes de Castro.
El libro se presenta también el 16 de diciembre en la Asociación de la Prensa de Cádiz, con la participación del escritor Juan José Téllez.
La Junta utiliza los pinsapos para el “lavado verde” de Iberdrola
Por otra parte, el colectivo Ecologistas en Acción difundió el 3 de diciembre de 2024 el siguiente comunicado: «Ecolgistas en Acción denuncia públicamente el uso torticero que la Junta de Andalucía hace de los pinsapos y del parque natural Sierra de Grazalemas para el “lavado verde” (greenwashing) de Iberdrola, una de las empresas más contaminantes de la provincia de Cádiz.
El delegado de la consejería de Sostenibilidad de la Junta de Andalucía y el director del parque natural Sierra de Grazalema han acompañado al presidente de la Fundación Iberdrola a una plantación de pinsapos en este parque natural; puro postureo para encubrir las emisiones contaminantes de esta empresa energética propietaria de centrales térmicas y nucleares. Iberdrola es la propietaria de la central térmica de Arcos, la más contaminante de la sierra de Cádiz, que emite un millón de toneladas al año de CO2. Además, esta central térmica consume 4 millones de m3 de agua al año, equivalente al consumo de una población de 55.000 habitantes. A esta empresa contaminante y despilfarradora de un recurso natural básico como es el agua la blanquea la Junta utilizando un parque natural.
Estas repoblaciones son innecesarias, pues el pinsapo ha demostrados ser una especie con una enorme capacidad de colonización y expansión; de hecho, existe una importante regeneración natural de pinsapos en las sierras cercanas al pinsapar de la sierra del Pinar. Sólo en sierras más alejadas, donde hubo bosques de pinsapos que fueron talados o quemados, es justificable plantar pinsapos, como se está haciendo en la sierra de los pinos, en Villaluenga y Cortes de la Frontera, por voluntarios de la Sociedad Gaditana de Historia Natural, instituto de Cortes y voluntarios de asociaciones ecologistas.
Tampoco son ciertas los datos que aporta la delegación de Sostenibilidad sobre los pinsapos. En la actualidad no hay 500 hectáreas, sino unas 400 hectáreas de pinsapos en el parque natural Sierra de Grazalema. Y tampoco se ha duplicado desde que los adquirió el Estado en 1972, sino en el último siglo, pasando desde las 200 hectáreas que había hace un siglo, a las 300 en 1972 y a las 400 actuales, lo que demuestra una evolución muy favorable sin tener que inventar cifras.
Ni la consejería de Sostenibilidad ni la dirección del parque natural han informado de este proyecto, que aseguran lleva cuatro años desarrollándose, en la junta rectora del parque natural, ni aclaran donde se han plantado o sembrado esos 18.460 pinsapos, ni del resultado de esas plantaciones.
El delegado de Sostenibilidad, Óscar Curtido, ha destacado “la importancia de la colaboración entre las administraciones públicas, empresas y fundaciones”, pero ningunea a las asociaciones sin ánimo de lucro que desarrollan un trabajo continuo en defensa de la biodiversidad del parque natural Sierra de Grazalema. De hecho, ni el delegado ni el director del parque han hecho acto de presencia en ninguna de las muchas actividades que desarrolla Ecologistas en Acción en este parque natural. Sólo las empresas y sus fundaciones merecen la atención de los responsables de la Junta de Andalucía.
La Junta pretende mercantilizar los parques naturales. En la nueva ley de montes se ofrecen los montes públicos para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de las grandes empresas. Lo que hay que hacer no es “compensar” emisiones, sino eliminarlas; no es poner los parques naturales al servicio de las grandes empresas, sino blindar los montes públicos y favorecer la participación ciudadana en su protección, conservación y regeneración».